30 de octubre de 1983, regreso a la “Democracia”, democracia populista

Por: Dr. Prof. Carlos Víctor Zalazar

En primer lugar cabe definir el populismo como un movimiento político que se enfoca en la “defensa de los intereses del pueblo” así , entre comillas, a menudo “en oposición a las élites políticas y económicas” al menos en el discurso.

El populismo puede ser de izquierda o de derecha, y se caracteriza por su retórica emotiva y su apelación a la identidad nacional o cultural. Muestras fehacientes sobran…

Respecto a la relación entre la democracia y el populismo baste decir que una relación es compleja ya que por un lado, el populismo puede ser una forma de expresión democrática que busca dar voz a los sectores marginados o excluidos de la sociedad y por otro lado, el populismo también puede ser una amenaza para la democracia, ya que puede erosionar las instituciones y los mecanismos de control y equilibrio que son fundamentales para la estabilidad democrática.

El populismo puede debilitar e ingerir las instituciones democráticas, como el poder judicial, el parlamento y los medios de comunicación.

El populismo puede crear una polarización, tenemos sobradas muestras en nuestra Argentina, lo que puede llevar a la intolerancia y la violencia.

El populismo puede utilizar la manipulación de la información y la propaganda para influir en la opinión pública y silenciar a los opositores. UD saque sus conclusiones…

En resumen, la relación entre la democracia y el populismo es compleja y multifacética.

Mientras que el populismo puede ser una forma de expresión democrática, también puede ser una amenaza para la democracia si no se maneja de manera responsable y respetuosa con las instituciones y los mecanismos de control y equilibrio.

Es importante ser conscientes de los riesgos y las ventajas del populismo, y que trabajen juntos para construir una democracia más inclusiva y participativa que a la fecha no hemos logrado.