La sexualidad en el tiempo de búsqueda: hablar de lo que no se habla

Por Dr. Sergio Pasqualini (*)

En el camino hacia la búsqueda de un embarazo, hay un aspecto que pocas veces se aborda en la consulta médica: la sexualidad. ¿Tu médico te preguntó sobre tu vida sexual? ¿Vos mismo lo contaste? La realidad es que, en la mayoría de los casos, este tema queda en silencio, a pesar de que puede verse profundamente afectado a lo largo del proceso.

Algunas parejas inician el recorrido con una sexualidad plena, otras con dificultades previas. Pero en ambos casos, la presión, la ansiedad y la rutina de los tratamientos pueden impactar de manera negativa. Y aunque no siempre se hable de ello, la buena noticia es que la sexualidad tiene solución si se la atiende.

 

(*) Una sexualidad activa, un plus para la fertilidad

Una vida sexual satisfactoria no solo fortalece el vínculo de pareja, sino que también favorece la fertilidad. El deseo, la excitación y el orgasmo son, en sí mismos, un “ejercicio aeróbico, de intensidad” que aumenta la circulación, mejora la oxigenación, y el aporte de nutrientes, libera hormonas y demás moléculas, eleva el bienestar y aporta para que el sistema reproductivo funcione en su mejor versión.

No es casual la frase popular de que “una buena relación embaraza más que una relación de compromiso”: el placer potencia los mecanismos naturales que facilitan la concepción. Durante el período periovulatorio, por ejemplo, una mayor lubricación y mejor calidad del moco cervical permiten un pasaje más eficiente de los espermatozoides. Además, la actividad sexual, por lo que genera, puede influir en la maduración final del óvulo, en la ovulación y hasta en la receptividad endometrial, mejorando las posibilidades de implantación. Incluso en los primeros meses de embarazo, una sexualidad saludable puede contribuir a una mejor placentación y reducir complicaciones.

 

(*) Hablar, conocerse y buscar ayuda

La sexualidad es una parte esencial de los hábitos de vida saludable. Sin embargo, muchas parejas no se animan a hablar de gustos, necesidades o herramientas que pueden mejorarla: desde juguetes sexuales hasta recursos audiovisuales. Y cuando las dificultades persisten, la consulta con un/a sexólogo/a especializado/a puede revertir situaciones que de otra manera afectarían tanto la vida íntima como el proyecto reproductivo.

En definitiva, se puede vivir sin sexo, pero si se lo tiene y se lo cuida, es un plus que potencia la salud, la fertilidad y la calidad de vida. Por eso, visibilizar y dar lugar a la sexualidad en el tiempo de búsqueda es fundamental: porque hablar de lo que no se habla puede marcar la diferencia.

 

(*) Director de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación REPRO.