La Hipertensión afecta al 30 % de la población adulta
Pero solo el 42% de los hipertensos está diagnosticado. Afecta a 1 de cada 3 adultos y puede no presentar síntomas. Se recomienda la toma periódica de la presión para diagnosticarla y tratarla a tiempo para evitar graves complicaciones de salud.
La hipertensión afecta al 30% de la población adulta, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 46% de los hipertensos desconoce que los es. Se trata del factor de riesgo cardiovascular más frecuente que se produce por el aumento, sostenido en el tiempo, de la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. Generalmente no presenta síntomas, por eso es importante conocer los valores de la presión arterial (140/90 mmHg) y medirla regularmente. “Sin diagnóstico y sin tratamiento la hipertensión arterial puede generar complicaciones graves como infarto de corazón, accidente cerebrovascular o la necesidad de diálisis por daño real”, detalló el doctor Alejandro Deviggiano (M.N. 103573), jefe de los Servicios de Cardiología y Chequeo Médico Integral de Diagnóstico Maipú.
La edad, problemas de obesidad y sobrepeso, el consumo excesivo de sal y alcohol, fumar, la falta de actividad física y el uso prolongado de algunos medicamentos son causas posibles de hipertensión arterial. La enfermedad puede ser también hereditaria y quienes tienen padres o hermanos hipertensos deberían controlarse especialmente.
“En la medición de la presión arterial se obtienen dos valores: en de la presión sistólica (PAS) o máxima, el momento en que el corazón se contrae o late, y la diastólica (PAD) o mínima que corresponde a la presión de los vasos cuando el corazón se relaja entre un latido y otro”, explicó Deviggiano. “Para establecer un diagnóstico de hipertensión es necesario realizar mediciones de la presión en días distintos. La enfermedad se confirma si en ambas lecturas la tensión sistólica es superior o igual a 140 mmHg y la diastólica, superior o igual a 90 mmHg”, agregó.
La mejor manera para tomar la presión es estando sentado haciendo 3 mediciones, con intervalo de un minuto entre tomas y quedarse con el resultado de la última. El mejor momento para tomar la presión es después del desayuno y después de la merienda. Si bien no son síntomas definitorios, un dolor de cabeza de intensidad desconocida y abrupto puede indicar un pico de presión. Está comprobado que la presión puede aumentar debido al “síndrome de guardapolvo blanco”, que es el estrés que despierta estar frente al médico que toma la presión.
Estrés y factores de riesgo
Entre los principales factores de riesgo modificables de hipertensión se incluyen las dietas poco balanceadas con consumo excesivo de sal, la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol y el sobrepeso o la obesidad. Además, hay factores ambientales que aumentan el riesgo de sufrir hipertensión y las enfermedades asociadas a ella como la contaminación atmosférica. Por su parte, entre los factores de riesgo no modificables se destacan los antecedentes familiares, ser mayor de 65 años, o tener otras enfermedades asociadas como diabetes o enfermedades renales. “En los pacientes que son hipertensos es fundamental controlar el nivel de ingesta de sal. La sal puede ser reemplazada con distintos tipos de especias y con hierbas, que pueden dar sabor a la comida sin necesidad de abusar del sodio, que es el componente de la sal que afecta la presión arterial. La cantidad de sal que se ingiere no debe superar los 2 gramos al día. Eso, sin contar con la sal oculta en muchos alimentos que consumimos y que es difícil de calcular. Por otra parte, es clave la práctica regular de actividad física: caminar, trotar, andar en bicicleta, bailar o nadar son actividades que pueden favorecer el control de la presión arterial si se realizan en forma sostenida”, detalló el especialista.
Mucho se habla de la “hipertensión emocional” algo que no es un mito, sino que efectivamente existe. Según el doctor Deviggiano “Hay un conjunto de síntomas llamados “gatillos emocionales” que pueden disparar descargas neurohormonales (por ejemplo, sustancias como la adrenalina y el cortisol) y aumentar la presión arterial. Reducir los estresores es fundamental para mantener la presión dentro de límites normales. El estrés puede provocar temor, enojo, tristeza, cambios en el nivel de energía y concentración y en el apetito, dificultad para dormir, aumento de hábitos perniciosos (como el consumo de tóxicos, alcohol, tabaco), agravamiento de problemas de salud física y emocional pre existentes”.
Si bien existen algunos pocos casos en que los cambios en la dieta, bajar de peso, hacer ejercicio regular y llevar una vida más relajada pueden hacer retornar los valores de presión arterial a lo normal (120/80 mmHg ) ,en la gran mayoría de los casos los pacientes hipertensos deben continuar con medicación de por vida y visitar periódicamente a su médico para regular la dosis de esa medicación. “Es muy peligroso dejar de tomar los fármacos por cuenta propia, porque eso puede causar eventos agudos y potencialmente mortales, como arritmias, accidentes cerebrovasculares e infartos. En verano, cuando aumenta la temperatura, los vasos sanguíneos se dilatan y esto puede causar una disminución de la presión. Por lo tanto, a veces es necesario cambiar la medicación como por ejemplo reducir la toma de diuréticos. En invierno, la ingesta calórica es mayor, se consume más sal, y esto tiende a elevar los valores de presión”.