Tigre 2025, dudas y esperanza
Escribe: Enrique Jorgensen
El ‘Matador de Victoria’ comenzó el año con la incertidumbre que provocaba un 2024 muy pobre. Seguir en primera era obra y gracia de los desaguisados de la AFA con la anulación insólita de los descensos. Sarmiento y Tigre iban a ser los beneficiados. Lo primero que hizo el equipo de Victoria fue contratar a Diego Dabove como nuevo entrenador, un conocedor del fútbol argentino que se encontraría con un plantel diezmado al cual le agregaría muchas incorporaciones que poco conocía el aficionado.
Llegó la primera fecha y Tigre sorprendió con un gran partido ante Velez, el último campeón. Ese día ganó de local (3 a 0), gustó y goleó con caras nuevas como las de Lazo, Cabrera, Julián Lopez y Russo. Luego de algunas fechas el equipo se consolidó, y a partir de la quinta fecha logró enhebrar cinco victorias consecutivas con un nivel futbolístico sorprendente. En esta etapa llegó a la punta de su zona y de la tabla en general. Simultáneamente con este momento de euforia llegó la grave lesión de David Romero, un delantero que combinó gol y juego; sin embargo de la nada apareció el paraguayo Oviedo, otra ignota incorporación de alguien que no se conocía, que resultó ser un interesantísimo delantero.
Como suele ocurrir en la vida, el diablo volvió a meter la cola y el guaraní también fue víctima de una lesión que lo alejó un buen tiempo de las canchas. Con este panorama el Matador sufrió una significativa merma en su rendimiento, al punto de descender en la tabla hasta la quinta posición y no sumar triunfos en las últimas cinco fechas. Pese al sabor agridulce reinante de este final con derrota en octavos frente a San Lorenzo incluido, es claro que el rendimiento fue muy superador respecto al año anterior.
En el balance se puede destacar las buenas incorporaciones que resultaron Lazo y Russo, la consolidación del doble cinco con dos chicos del club como Scipioni y Gonzalez y el gran momento de Zenobio y Banegas, este último con una grave lesión que lo marginará hasta el 2026.
La escasa generación de juego seguramente se debió a la inconstancia de los dos jugadores más dotados técnicamente como Saralegui y Cabrera, cuyas apariciones se produjeron en cuentagotas.
Seguramente en estos puestos Dabove deberá buscar incorporaciones que permitan tener más llegadas al arco rival. El objetivo fue claramente cumplido por el entrenador, y como balance de su gestión se podría recurrir a la célebre frase del Bambino Veira, que no por vieja menos vigente: ¡La base está!
(*) La foto de arriba es del entrenador de Tigre: Diego Dabove
(*) La foto de abajo es de autor de esta nota: Enrique Jorgensen