La Alimentación: un derecho humano y un compromiso con el futuro

(*) Por la Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351), Médica especialista en nutrición con orientación en obesidad. Directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF

Recientemente se celebró el Día Mundial de la Alimentación. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se fundó el 16 de octubre de 1945, por lo que cada año aprovechamos esta fecha para la reflexión sobre la importancia de la alimentación saludable y se espera que la misma fomente iniciativas para abordar los problemas de malnutrición en el mundo.

Este año, la FAO pretende recordar que la alimentación es un derecho humano básico, su lema “El derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejores”, destaca la importancia de la diversidad, la nutrición, la asequibilidad, la accesibilidad, así como la seguridad y la sostenibilidad de los alimentos, concienciando sobre cómo una mayor diversidad de alimentos nutritivos debería estar disponible en nuestros campos, redes de pesca, mercados y en nuestras mesas, en beneficio de todos. Hoy en día, el hambre se ve a menudo agravada por los frecuentes cambios climáticos, las recesiones económicas y los conflictos. El Día Mundial de la Alimentación 2024 busca soluciones para garantizar que todas las personas tengan un acceso suficiente, adecuado y regular a alimentos diversos, seguros y nutritivos, sin dejar a nadie atrás.

Por eso en ésta fecha es ideal para poner atención en 3 elementos… alimento, derecho y futuro.

El tipo de alimentos que consumimos y lo que genera en nosotros, en nuestro cuerpo y mente, es uno de los más grandes aspectos que va a marcar nuestra calidad de vida hoy y mañana. El alimento es nuestro combustible, nuestra materia prima, es un motor para el placer y la conexión con nosotros mismos, es transporte de sustancias que ayudan a sanar o enfermar, pero también es encuentro y sentido de pertenecía, cultura, familia, amigos y momentos. Es tierra, aunque a veces nos alejemos de ello. Es nuestro más grande compañero, lo necesitamos todos los días de nuestra vida… la relación que tenemos con nuestra alimentación es muy importante, es la más larga de todas. Es por todo esto y por mucho más que la alimentación es un derecho.

El derecho a la alimentación significa que los alimentos deben ser adecuados, estar disponibles y ser accesibles para todos en cantidad suficiente y de acuerdo a la cultura de la población. Es un derecho que busca garantizar una vida digna, no solamente prevenir el hambre sino también asegurar la salud y el bienestar de cada persona hoy y de las próximas generaciones.

Aunque actualmente los alimentos abundan, hay muchas personas que no tienen acceso a aquellos que de verdad nos nutren y, para otros, la cantidad de opciones es tanta y la vida pasa tan rápido que no nos detenemos a analizar si estamos eligiendo aquellos que de verdad necesitamos o simplemente los que un sistema quiere que consumamos. Si bien hablar de alimentación es pensar en cubrir necesidades de nutrientes, hoy numerosos intereses económicos se encuentran por delante de las verdaderas necesidades de la gente, esto genera que llevemos a cabo una alimentación insuficiente y no nutritiva causante de hambre y de otras formas de malnutrición como la obesidad.

Los cambios en nuestro patrón alimentario reflejan un desplazamiento de los alimentos frescos, naturales, simples o con un mínimo procesamiento y un aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados, es decir aquellos elaborados industrialmente y que suelen aportar un gran contenido de grasas de mala calidad, azúcar y aditivos. Como dijimos anteriormente, los alimentos deberían satisfacer, no sólo el hambre, sino también nuestras necesidades de nutrientes, asegurándonos salud y bienestar hoy, pero también en un futuro, y el elevado consumo de alimentos de baja calidad nutricional existente en nuestro día a día y su impacto en la salud del planeta se aleja de estos objetivos. No solo la forma en la que producimos, sino también nuestras elecciones de alimentos tienen un alto impacto en nuestros recursos naturales, por ende, en la disponibilidad de alimentos de calidad en los años que se avecinan.

Desde nuestra casa podemos celebrar el Día Mundial de la Alimentación proponiéndonos entender los alimentos que estamos comiendo, si lo que servimos en la mesa nos aporta nutrientes reales y, si a su vez, está ayudando a que las próximas generaciones satisfagan sus propias necesidades. Creo que en otras palabras podemos aceptar la invitación de tratar de que en nuestro día a día prioricemos aquellos alimentos naturales, simples y que tienen un menor impacto en el planeta… frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, cereales integrales, dejando de lado aquellos ultraprocesados y disminuyendo de a poco el consumo de productos de origen animal. Cada uno, desde nuestra realidad y nuestras elecciones alimenticias estamos influyendo en la cadena productiva de alimentos, en los suelos y el clima, en la oferta y demanda de mercado y por ende en lo que llega a la mesa de todas las personas.

La alimentación es un derecho, promover una alimentación saludable que a la vez sea sostenible para prevenir enfermedades, mejorar la salud del mundo y preservar nuestra tierra es un gran desafío, pero con nuestras elecciones podemos ayudar a que el cambio sea real y posible.