Sexualidad y fertilidad, aliadas indispensables para la pareja
(*) Por el Dr. R. Sergio Pasqualini, (MN 39914), Director de Halitus Instituto Médico y la Dra. Beatriz Literat (MN 50294), Sexóloga clínica. Departamento Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico.
La sexualidad, según las investigaciones científicas, es un pilar fundamental para el bienestar físico y psicológico de los individuos. Cuando se vive en pareja, este aspecto íntimo se convierte en un motor clave para mejorar la calidad de vida, fortalecer la durabilidad de la relación, y fomentar una comunicación profunda entre ambos miembros. Además, la sexualidad es esencial en la trascendencia de la pareja a través de los hijos, ya sea que estos sean concebidos de manera natural o mediante las técnicas de reproducción asistida más avanzadas.
En el proceso de crianza, independientemente de si el hijo es biológico o no, la sexualidad sigue desempeñando un rol vital. Contribuye a consolidar el compromiso y la unión en la pareja, quienes, al compartir la responsabilidad del desarrollo y crecimiento de ese nuevo ser, aseguran su continuidad en el tiempo. Una sexualidad saludable no solo favorece una mayor y mejor fertilidad, sino que una fertilidad exitosa también tiene un impacto positivo y gratificante en la vida sexual de las personas y las parejas.
Desde el siglo pasado, los métodos anticonceptivos han permitido a la humanidad disfrutar del placer sexual sin la preocupación de un embarazo no deseado. Sin embargo, cuando la fertilidad se ve comprometida debido a factores masculinos o femeninos, la sexualidad puede verse afectada negativamente, agravando el conflicto que la pareja ya está enfrentando. Los estudios demuestran que, ante una situación de infertilidad, tanto hombres como mujeres pueden experimentar sentimientos de frustración y enojo hacia su propia sexualidad y la de su pareja. Este malestar puede manifestarse como una disminución del deseo sexual, problemas de excitación, lubricación y orgasmo en las mujeres, y disfunciones eréctiles o trastornos eyaculatorios en los hombres.
Esta situación genera un elevado nivel de estrés, que a su vez altera la armonía hormonal del organismo, creando un círculo vicioso que dificulta aún más la posibilidad de concebir. Los efectos neuroquímicos asociados a este estrés pueden tener repercusiones directas en la relación de la pareja y en el estado emocional de cada individuo, afectando múltiples áreas de la vida y retrasando el éxito de los tratamientos de fertilidad. Lamentablemente, muchas parejas no comparten estos problemas íntimos con sus médicos, perpetuando así un ciclo de silencio que impide encontrar soluciones efectivas; sobre todo, teniendo en cuenta de que la intervención del/la sexólogo/a es corta, practica y muy pedagógica, por lo que da herramientas practicas e inmediatas que modifican y mejoran el vínculo, ya desde la primera consulta.
Afortunadamente, la tendencia está cambiando. Cada vez más médicos recomiendan a sus pacientes que consulten a un sexólogo, y los propios pacientes están empezando a solicitar esta ayuda como parte de su tratamiento de fertilidad. Esta actitud proactiva no solo acorta los tiempos de tratamiento, sino que también optimiza los resultados. Por ello, es crucial que las parejas tomen la iniciativa y comuniquen a su especialista en fertilidad cualquier problema relacionado con su intimidad, para que puedan ser derivados a un sexólogo si es necesario.
Gracias a herramientas como la información científica, la educación sexual, y técnicas de autorregulación emocional como el Brainspotting y la EFT, junto con la confianza que se genera en un diálogo abierto con el equipo de fertilidad, las parejas y las personas pueden recorrer el camino hacia el embarazo manteniendo su autoestima y sexualidad intactas y satisfactorias.
Sin lugar a dudas, la sexualidad y la fertilidad son dos aspectos profundamente interconectados que, cuando se abordan de manera integral, no solo mejoran la calidad de vida de la pareja, sino que también facilitan el éxito en los tratamientos de fertilidad. Es fundamental romper el ciclo de silencio y buscar ayuda profesional cuando surgen dificultades, ya que una sexualidad plena y saludable es tanto un derecho como una herramienta poderosa en el camino hacia la concepción. La apertura, el diálogo y el acompañamiento especializado son aliados esenciales para que la pareja pueda afrontar este desafío de manera fortalecida y con mayores posibilidades de éxito.