Qué lo llevan adentro… cómo lo llevo yo…

Escribe: Oscar Tineo

El elenco calamar sigue avanzando en su zona y va por mas. Es que tuvo tropiezos casi inesperados durante estos meses pero no se desarmó como equipo.

Muchos fueron los factores para que eso suceda: El empate de River casi sobre la hora o el gol de Argentinos a pocos segundos del final, un penal regalado a San Lorenzo por una falta claramente afuera del área, la derrota por el mal estado del campo contra Defensa y Justicia y si vamos a seguir el itinerario podemos traer algunas mas, como la caída en Riestra después de una primera etapa para el elogio.

Esto hace que buenos equipos empiecen a decaer, pierdan confianza, aparecen grietas en el grupo, la duda, falta de fé, que son ingredientes para que se busquen “culpables” donde no los hay.

Hoy la realidad de Platense nos demostró la otra cara. A pesar de lo enumerado, el plantel esta fuerte, y se nota pues tras ir perdiendo nadie se desmoronó y otra vez, como aquella tarde en casa, cuando se le ganó al bicho de La Paternal, el equipo se puso de pie y dio vuelta un resultado adverso para lograr un 2 a 1, esta vez contra un Talleres que necesitaba ganar para clasificar.
No se si se jugó bien, pero ante un rival necesitado, que viene a vender cara su clasificación es difícil encontrar grandes jugadas como la que se logró en el gol a Sarmiento. Esta vez fue luchar, meter y vencer a la adversidad cueste lo que cueste.

La unión y el abrazo del plantel en el final, los aplausos y el canto de la gente se mancomunaba para disfrutar mas que un simple triunfo.

Es que la música que los jugadores elevaban desde el campo hacia las tribunas se escuchaba con el alma. Ellos, que vienen a defender nuestros colores cantaban “Canciones de Platense”, sabes lo que eso significa para los hinchas ¿? Tipos que luchan y dejan todo por Platense a pesar que no son hinchas.

Por supuesto que la respuesta de los hinchas fue una devolución imponente desde los cuatro costados. Era como sentir una sinfónica en su máximo esplendor.

Esto nos pasa solamente a nosotros que no necesitamos ganar un torneo para desatar nuestra alegría, nuestro festejo. Estamos acostumbrados a deleitarnos como los humildes, somos felices con poco y lo valoramos mucho.

Lentamente el estadio fue quedando vacío, los jugadores en el vestuario y las luces se fueron apagando, solo nosotros en la Cabina 2 veíamos un final de fiesta casi perfecto.

Sin embargo, en medio del silencio, algo se seguía escuchando en nuestra memoria.
La música retumbaba en nuestro interior… “Porque los jugadores me van a demostrar, que salen a ganar, quieren salir Campeón, que lo llevan adentro como lo llevo yo”.

Que hermosa letra, que hermoso es soñar despierto … que noche mágica se forma cuando gana el calamar.

Gracias querido Platense por regalarme una semana feliz… Lo demás… lo demás es cotillón.