La confianza del campo creció un 17% en marzo y recupera terreno tras la caída de enero
En marzo mejoraron todos los índices de confianza de los productores. El Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral dio a conocer el nuevo índice de confianza del campo “Ag Barometer Austral”. La medición subió un 17% respecto a enero, con repuntes del 23% en condiciones presentes y del 26% en condiciones de inversión a corto plazo. Aunque el 59% cree que no es buen momento para invertir, un 41% considera que sí lo es, frente al 33% de enero.
El clima se mantiene como la principal preocupación para los próximos 12 meses (59%), seguido por los bajos precios (34%) y las elecciones de octubre (24%). La mayoría considera importante renovar su maquinaria, aunque no con urgencia, y un 40% está interesado en sumarse a programas de certificación ambiental.
El índice Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, mostró una recuperación significativa en la confianza de los productores agropecuarios en marzo de 2025, al registrar un aumento del 17% respecto a la medición de enero. El índice general pasó de 117 a 137 puntos, marcando un rebote importante tras la caída registrada entre noviembre de 2024 y enero de 2025.
“Este repunte marca una diferencia clara con lo ocurrido en 2019, cuando una caída similar en la confianza se extendió durante 11 meses. Ahora, en cambio, vemos una recuperación inmediata y sostenida en todos los indicadores”, explicó Carlos Steiger, director del Ag Barometer Austral.
Los dos subíndices también evidenciaron mejoras: las Condiciones Presentes subieron un 23%, mientras que las Expectativas Futuras lo hicieron en un 15%. En particular, las expectativas de inversión mostraron un incremento del 26% (de 65 a 82 puntos), lo que refleja un mayor optimismo entre los productores respecto a la posibilidad de adquirir activos fijos en el corto plazo.
Según el informe, esta recuperación se evidenció en Expoagro 2025, donde se registraron numerosas operaciones comerciales, impulsadas por políticas agresivas de financiamiento por parte de empresas de maquinaria y bancos, especialmente con créditos en dólares. Además, las mejores condiciones climáticas permitieron una mejora en los rendimientos, aun cuando la cosecha gruesa no alcanzará los niveles de la campaña 2023/24.
También se proyecta una campaña de trigo 2025/26 favorable, con buenas condiciones hídricas y estimaciones de récord en la producción. No obstante, Steiger advirtió que “queda como asignatura pendiente la baja o eliminación de las retenciones y una cierta incertidumbre acerca de la competitividad del tipo de cambio”.
Otra preocupación es el ingreso de capitales financieros atraídos por el “carry trade”, lo que podría deprimir el tipo de cambio y encarecer las tasas de interés, generando un posible freno en la actividad económica. “Está por verse el impacto de ese tipo de cambios sobre la balanza comercial, ya que puede desalentar exportaciones y alentar importaciones”, agregó.
(*) Inversión y modernización
La mejora del ánimo inversor también fue señalada en el informe. Aunque el 59% de los productores aún considera que no es un buen momento para invertir en activos fijos, el índice de expectativas mejoró un 26% respecto a la medición anterior. En este sentido, se espera un mayor interés en la inversión en vientres vacunos, impulsada por una recuperación del precio del novillo en términos reales.
“Hay una mejora en el ánimo inversor, especialmente en ganadería. Muchos productores evalúan invertir en vientres vacunos ante un 2025 que se perfila favorable para toda la cadena”, detalló Steiger.
Respecto a la inversión en maquinaria, Steiger remarcó que “la principal preocupación y, por lo tanto, la prioridad actual en el sector agrícola es la rentabilidad”, lo que lleva a postergar decisiones tecnológicas. “Los productores perciben que el costo financiero de su adquisición supera el retorno esperado de la actividad productiva, lo que genera una relación costo-beneficio desfavorable. Esta dinámica crea un círculo vicioso: aunque la tecnificación es fundamental para aumentar la productividad, el riesgo de disminuir aún más la rentabilidad es alto. En este momento, el sector no dispone de margen para tomar este tipo de riesgos. Por lo tanto, la incorporación de nueva maquinaria, en un contexto de dificultades de financiamiento y márgenes brutos limitados, podría afectar negativamente la rentabilidad a corto plazo”, añadió.
Además, identificó una “falta de contacto con las tecnologías avanzadas” que genera una subestimación del potencial de mejora en productividad y eficiencia. Pese a todo, un 80% de los productores estaría dispuesto a modernizar su maquinaria si mejoraran las condiciones de rentabilidad.
(*) Principales preocupaciones: el clima a la cabeza
El clima volvió a posicionarse como la principal preocupación de los productores para los próximos 12 meses, una tendencia que se repite respecto a septiembre de 2023 ya años anteriores. “Sin duda la falta de lluvias luego de la siembra de la cosecha gruesa agravada en el mes de enero 2025 reavivó esta preocupación trayendo recuerdos de la gravísima sequía de la campaña 2022/23”, señaló Steiger.
Otras variables relevantes incluyen los bajos precios internacionales, el aumento de costos de insumos y la evolución del dólar.
Las elecciones nacionales de octubre también ocupan un lugar destacado entre las preocupaciones (23%). “Aunque el productor en general está alineado con las políticas macroeconómicas del actual gobierno, hay incertidumbre sobre los posibles escenarios post-electorales y el rumbo que pueda tomar la política agropecuaria”, indicó Steiger. Además, un 15% expresó su preocupación por la continuidad de los derechos de exportación, considerados como un factor negativo sin perspectivas claras de modificación en el corto plazo.
Por otra parte, acontecimientos como el nombramiento de los jueces de la Corte Suprema de Justicia, el affaire Libra y la extrema cercanía del presidente Milei con el presidente Trump no causan preocupación en los productores agropecuarios.
(*) Sostenibilidad: creciente interés con desafíos pendientes
Otro dato relevante es que el 40% de los productores no participa aún en programas de certificación ambiental, pero muestra interés en hacerlo a futuro. Un 16% ya lo hace y un 35% no manifiesta interés alguno. “Los desafíos de sostenibilidad son cada vez más centrales para acceder a mercados internacionales. Es clave que el sector acelere su adaptación a esta agenda”, subrayó el investigador.
“Para las cadenas de valor agroalimentarias de Argentina, donde el productor es un actor central, este nuevo contexto representa un enorme desafío. Comprender cómo están respondiendo las empresas del sector y cuáles son los principales retos para adaptarse a la agenda global resulta clave para el futuro desarrollo del sector, en tanto los nuevos requisitos de sustentabilidad ya están generando transformaciones significativas en los mercados globales”, concluyó Carlos Steiger.