Un balneario de arenas claras y cascadas para hacer una escapada cerca de CABA
Para aquellos que estén cansados de los tradicionales centros turísticos de Buenos Aires, este lugar “secreto” se destaca por resguardar bellos paisajes y ofrecer una interesante variedad de actividades en sus amplias playas.
Dentro de las alternativas que ofrece la costa atlántica, no se puede dejar de visitar el pintoresco balneario que entremezcla arenas claras con cascadas cristalinas. Sin embargo, lo más destacado es que ofrece un espacio idóneo para descansar y recargar energía.
El sitio en cuestión se llama Dunamar, una pequeña localidad balnearia que está “escondida” dentro del partido de Tres Arroyos, al este de la provincia de Buenos Aires. Dada su ubicación, muchos turistas piensan que es parte de Claromecó, pero las separa jurisdiccionalmente un arroyo.
Desde la Capital Federal son unos 570 kilómetros de distancia, es decir, unas 6 horas de viaje. No obstante, el trayecto hasta allí es sumamente sencillo e incluso directo, ya que se utiliza un único camino y se atraviesa atractivos pueblitos gastronómicos.
En este caso, se toma la Autopista Buenos Aires – La Plata para luego continuar por la Ruta Provincial 2 hasta Azul. Desde allí, sigue por la Ruta Nacional 3 hasta Tres Arroyos. Después, se debe manejar la Ruta Provincial 73 que llevará directamente a Claromecó, donde se debe cruzar el arroyo homónimo.
Dunamar se destaca principalmente por sus extensas playas. De hecho, la geográfica marca que es la localidad con los balnearios más anchos de la Costa Atlántica bonaerense y los visitantes no tendrán ningún tipo de problema para encontrar un sitio bonito para instalar la sombrilla o lonas.
Por otro lado, las aguas son templadas y con poca profundidad, por lo que son perfectas para familias e infalibles para los amantes de la aventura: se pueden encontrar distintos tipos de actividades acuáticas o variedad de oportunidades para disfrutar de la naturaleza.
Las condiciones de viento y mar hacen del destino un lugar propicio para deportes como kitesurf, pesca recreativa (tanto desde la costa como embarcado en alguna lancha) y cabalgatas que ofrecen paseos a caballo diurnos y nocturnos, permitiendo recorrer los paisajes naturales de la región.
Las dunas son el escenario ideal para tablas de sundboard, cuatriciclos y travesías en vehículos todoterreno. Para aquellos que prefieran las actividades más tranquilas, no hay problema porque hay alternativas que invitan a conocer en profundidad la magia del lugar, el canto de las aves y las pequeñas especies animales que viven en el entorno.
Uno de los puntos más pintorescos dentro de la villa turística es su frondoso bosque que posee acacias, tamariscos, pinos y eucaliptus que cambian de color con cada estación. Aquí, el turista puede disfrutar de la tranquilidad y lindos paisajes de la zona.
Dunamar también tiene un gran espacio campestre donde convive la playa y la llanura bonaerense, por eso se distingue el paseo por el arroyo Claromecó, que desencadena en una hermosa cascada que tiene siete caídas distintas.
Gracias a su particular ubicación geográfica, es protagonista de bellísimos atardeceres. Además, sus 172 vecinos se encargan de mantener cuidados cada uno de los espacios y la estética campestre que tanto caracteriza a la zona.
Por último, es importante mencionar que hay una importante oferta hotelera que se adapta al presupuesto que tiene cada uno de los turistas. Sea cual sea la elección, estos sitios combinan una inmensa variada de propuestas que invitan al confort y la diversión tanto en familia como en pareja.
(*) Fuente: Crónica / Maia Burczynsky