La “Brujas argentina”, la aldea que enamora por su arquitectura medieval

La “Brujas argentina” es una aldea de espíritu medieval que hechiza a sus visitantes por su encanto de cuento. Queda en la zona oeste del Gran Buenos Aires.

La “Brujas argentina” es una encantadora aldea de espíritu medieval que hechiza a sus visitantes por su arquitectura. Está ubicada en el Gran Buenos Aires y se puede hacer visitas guiadas, producciones sociales y eventos empresariales.

Quienes la comparan con Brujas, la ven parecida a la capital de Flandes Occidental, ubicada en el noroeste de Bélgica y se destaca por sus canales, por sus callecitas con adoquines y su arquitectura repleta de edificios medievales.

Se trata de Campanópolis, una construcción en forma de aldea que se encuentra a 40 minutos de la Ciudad de Buenos Aires y la Zona Norte Bonaerense, en el Partido de La Matanza. Según cuenta la historia del lugar turístico, fue bautizado con el apellido de su fundador: Don Antonio Campana.

La aldea muestra materializada la increíble historia de su creador, en donde “los sueños y el esfuerzo tienen un vínculo indescifrable con el arte y la emoción de los logros”. En las redes sociales, se puede ver que se trata de una locación para eventos, en donde también se suelen hacer producciones de fotos para 15 años, entre otros.

(*) Campanópolis, la “Brujas argentina”

La aldea con espíritu medieval fue soñada, proyectada y construida por Don Antonio Campana, quien sin poseer estudios de arquitectura concreta su sueño, en un predio de 200 hectáreas con llanuras, bosques selváticos, ríos, arroyos, lagos”, detalla el sitio, sobre la aldea ubicada en la localidad de González Catán (zona oeste del Conurbano), a tan solo 40 km de CABA.

En 1976, el propietario compró el predio donde antes se explotaban antiguas tosqueras y ese producto fue usado para la construcción de las bases de las pistas del Aeropuerto Internacional de Ezeiza y de la autopista Richeri.

El predio fue expropiado por el CEAMSE, cuando fue usado por 5 años para relleno sanitario, dejando secuelas de contaminación ambiental. Tras un largo pleito judicial, logró recuperarlo “con un amplísimo criterio del reciclado y creatividad” y dio “luz esta mágica aldea, restableciendo también del equilibrio ecológico”.

 

(*) Así es Campanópolis

Una vez que se entra a la aldea medieval, se pueden ver “callejuelas adoquinadas, pasajes, recovecos y lugares secretos”. La arquitectura remonta al medioevo europeo que convergen para crear un “ecléctico estilo propio”.

El recorrido incluye un místico camino en dónde se pueden ver las Doce Casitas del Bosque, que parece encantado. Más adentro, se pueden encontrar fuentes, lagos y puentes de quebracho que conectan las islas, los muelles, además de un molino de viento holandés, con una capilla colonial y hasta una locomotora con sus vagones.

Uno de los puntos atractivos de Campanópolis es el Museo de las Rejas o Ferroteca, que es donde se exhiben rejas de hierro forjado, con atractivas arañas colgantes, hermosos vitreaux, objetos vintage de colección y piezas de arte.

Otras de las construcciones que llaman la atención son la Casa de Piedra, la Casa de Escoria y el Museo de Madera o Palitos. Finalmente, los visitantes se encuentran con el Pasaje del Búho, el Cabildo, la Cascina, la Casa Proa de Barco, el Museo de los Caireles y escondites secretos.

(*) Fuente: La 100