Un estudio científico concluye que la ausencia de los chicos en la escuela desnivela el acceso a la tecnología
En el contexto de la pandemia desatada por el coronavirus en el que muchos alumnos reciben educación online, se dió a conocer un estudio basado con los resultados de las pruebas censales Aprender 2016, liderado por una especialista de la Universidad Austral, sobre el acceso y el uso de las TIC en escuelas secundarias en diferentes contextos socioeconómicos que destacó la proporción de alumnos de la escuela secundaria que declaran tener una computadora en su hogar y la proporción que dicen usar una en la escuela. En promedio, 44% de los alumnos dicen tener una computadora en su hogar (en las escuelas de gestión privada el 50% de los alumnos y en las de gestión pública el 40%), mientras que el 73% dice usar una en la escuela (79% de los alumnos en las escuelas de gestión privada y 69% en las de gestión pública).
Al mismo tiempo, el estudio demuestra grandes diferencias según el nivel socioeconómico (NES) de los alumnos. Solo el 14% de los estudiantes de bajo NES tiene computadora en su hogar, mientras que el 72% de los de alto NES dice tener. Por el contrario, los valores en la escuela son similares para todos los niveles socioeconómicos, y en ningún caso es menor a 68%. En este asunto, se ve claramente la función de la escuela secundaria de acercar la tecnología a los hogares, puntualmente en lo que respecta al uso de las computadoras.
Desde hace tiempo, el sector educativo ha asumido el desafío de incorporar las tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Un estudio llevado adelante por las especialistas en educación Cecilia Adrogué (Universidad Austral / CONICET-UDESA) y María Eugenia Orlicki (UDESA) analizó el acceso y uso de las TIC en el hogar de los alumnos y en la escuela, utilizando los microdatos de las pruebas censales Aprender 2016 para los alumnos de último año de la escuela secundaria.
Los resultados de su estudio mostraron que, “si bien existen grandes disparidades según nivel socioeconómico en el acceso a una computadora en el hogar, no se observan diferencias en el acceso a una computadora en la escuela”. Al mismo tiempo, “tampoco se encontraron diferencias por nivel socioeconómico de los alumnos en las actividades propuestas por los profesores para hacer con la computadora en el horario de clases”.
“El uso de estas tecnologías, de la misma manera que ocurrió con otras tecnologías a lo largo de la historia, requiere ciertas habilidades y disposiciones que posibiliten a los usuarios no solo acceder a los dispositivos, sino también convertirse en usuarios expertos, y es aquí donde la escuela adquiere un rol clave. En este nivel, la desigualdad es muy significativa”, explica Cecilia Adrogué, coordinadora de investigación de la Facultad de Ciencias Empresariales de Pilar de la Universidad Austral.
“En el contexto de pandemia que nos encontramos actualmente, en que los alumnos no acceden a sus escuelas, aquellos con menor nivel socioeconómico se ven imposibilitados de conectarse remotamente por carecer en primer lugar de un dispositivo adecuado, a lo que se le agrega el asunto de la conectividad. Es de primera necesidad encontrar la manera de reconectar a estos estudiantes con sus aprendizajes”, remarca Adrogué.
Para evaluar el acceso a las nuevas tecnologías y su uso, se utilizó la base de datos Aprender 2016, en particular la información brindada por los estudiantes de último año de la escuela secundaria, que fue censal. Los datos del operativo permitieron conocer las respuestas a nivel del estudiante, fueron analizados y agrupados por nivel socioeconómico de los alumnos, tipo de gestión y jurisdicción.
La autora destacó que este trabajo intenta avanzar en el estudio del acceso y uso a las computadoras. “Sería muy relevante poder complementar esta información con resultados que hablen del correcto manejo y buena expertise en su uso cotidiano, que será clave para la futura inserción laboral, en especial de todos aquellos que no realicen estudios superiores. Por otro lado, si bien hemos comprobado el alto equipamiento de las escuelas, un elemento adicional a explorar, como continuación de esta investigación, es el acceso a la conectividad -que suele ser mucho más dispar que el acceso en sí-. Y qué efecto tiene esto en el aprendizaje de los alumnos”, sostuvo la especialista de la Universidad Austral.
Principales conclusiones encontradas
– A nivel nacional, aproximadamente un 40% de los alumnos manifiestan tener una computadora en su hogar, existiendo grandes disparidades entre ellos, ya que dicen tener una computadora en el hogar menos del 14% de los alumnos del nivel socioeconómico bajo y más del 72% de los del nivel socioeconómico alto.
– Al tiempo que más del 70% de todos los alumnos -tanto los de bajo como alto nivel socioeconómico- dicen utilizar la computadora en la escuela al menos algunas veces al año.
– Los datos según sector de gestión indican que el 68% de los alumnos que asisten a escuelas de gestión estatal utilizan la computadora al menos algunas veces al año, mientras que este porcentaje asciende a 79% para aquellos que asisten a escuelas de gestión privada.
– Es interesante notar que, si analizamos estos porcentajes por nivel socioeconómico, encontramos que, en aquellas escuelas a las que asisten los alumnos de menor nivel socioeconómico, no se presentan mayores disparidades entre escuelas públicas (71%) y privadas (71,8%).
– Las públicas que atienden a los alumnos de menor nivel socioeconómico son, al mismo tiempo, aquellas donde una mayor proporción de alumnos dijo usarlas.
– La escuela pública ha acercado la tecnología a muchos jóvenes que no cuentan con ella en sus hogares y se verifica la hipótesis planteada de que la escuela pública es un elemento igualador tanto en el acceso como en el uso de las nuevas tecnologías.
– Los resultados respecto del uso de las TIC muestran que no existen diferencias significativas por nivel socioeconómico de los alumnos en las actividades planteadas por los profesores. En todos los niveles socioeconómicos, el uso pedagógico de las TIC aparece asociado en mayor medida con el empleo de programas y recursos más sencillos de operar o de uso más extendido: procesadores de texto, visualizadores de documentos escritos o motores de búsqueda en Internet.
– Las actividades menos habituales sin distinción de nivel socioeconómico de los alumnos involucran tareas más complejas desde el punto de vista de los recursos implicados, tales como lenguaje de programación, manejo de software de simulación o de programas de cálculo matemático.
FOTO: “Buenos Aires para chicos”