Otra mirada sobre el balance deportivo y el presente del Club A. Tigre

Escribe: Glenn Miller

“De acuerdo al cristal con que se mire”…

Se acabó el primer semestre futbolístico del Club Atlético Tigre y el saldo a efectuar, el balance a señalar, depende de la óptica con la que se mire.

Tigre arrancó con cuerpo técnico nuevo encabezado por Diego Dabove, experimentado entrenador.  Vinieron muchísimos jugadores y se fueron otros tantos.  La meta era casi única: zafar del descenso que tanto angustió el pasado año y que, si no hubiera sido por la suspensión de los mismos el elenco de Victoria estaría en la B Nacional. Por eso el primer objetivo era sumar y sumar dado que salvo Sarmiento, y los ascendidos, Tigre estaba abajo de todos.

Sigilosamente y como quien no quiere la cosa el conjunto norteño empezó a enhebrar varias victorias, en algún caso cinco consecutivas como hacía décadas no lograba. Acaso con más oficio, justeza y hasta algo de suerte se sucedieron los resultados positivos. A tal punto que Tigre llegó a estar puntero en su zona.  Luego vino una racha negativa que hizo que el Matador bajara algunos puestos pero no más que eso.  Finalizó quinto en la zona y por ende ganó el derecho a disputar los playoof.

Había esperanza, fe y el cuadro de la llave no era tan malo. Empero se perdió en octavos 2 a 1 frente a San Lorenzo de manera indecorosa teniendo casi todo el partido un hombre más y sellando la derrota con un error garrafal de uno de los centrales.

Hasta aquí lo estrictamente numérico y la crónica de lo sucedido ¿Está bien esto o se podía más?  Y es aquí en donde empiezan las especulaciones y la óptica de cada quien. Tigre terminó con 27 puntos (en puesto de Sudamericana), muy lejos del descenso.  Aplausos. ¿Se pudo llegar más lejos?  Sí y no.  Sí por lo dicho, la llave no era tan complicada (llegó Platense a la final). Y no, porque claramente al equipo siempre le faltaron cosas.

Básicamente y lo sostuvimos desde el vamos al equipo le faltó fútbol. Siempre se dijo que Dabove jugaba sin enganches pero creemos que y está a la vista, que los conjuntos que más arriba llegaron tienen enganches. Póngale el nombre que quiera: enganche, armador, distribuidor, etc.  La cuestión es que Tigre no tuvo ni un jugador que fuera capaz de armar juego, de gambetear para adelante, de pisar el área con peligro. De esto se trata, alguien que desnivele. Muchos afincaron sus esperanzas en Saralegui y Cabrera pero ambos son en el mejor de los casos dos buenos carrileros, nunca se pusieron ni se van a poner el equipo al hombro (otra característica del mentado ‘enganche’). Por ende el juego del Matador no fluyó. Al margen de resultados, lo dicho la mayoría positivos, Tigre fue abúlico y reiterativo. Se basó en una fuerte y firme defensa, arquero incluido, que es para destacar.  Un buen doble cinco de chicos del club con Scipioni y Santiago González, las intermitencias de los apuntados Saralegui y Cabrera y las apariciones salvadoras entre ausencias y lesiones de los tres delanteros principales: Russo, Romero y Oviedo.

Por eso, festejando los puntos logrados y cuirtas performances individuales, también hay que decir que faltó generación, juego, alternativas al pelotazo frontal al nueve y pescar el rebote en segunda jugada. Muy poquito para ilusionarse con llegar bien arriba como no sea obra del azar o de la puntería de penales.

Ahora borrón y cuenta nueva. Se van a ir varios jugadores como Armoa (tuvo muchas oportunidades),  Romeo Benitez y Sarmiento (les hubiera dado más chances), Alan Sosa y Teves (para qué lo compraron si casi no tuvieron minutos) idem Neira y otro que quizás salga sea Erick Ramírez.

Vendrán refuerzos.  Los que quieran, los que  gusten pero si no fuera mucha molestia que se traigan dos o tres enganches, armadores, diez o cómo se los quiera denominar que gambeteen para adelante, pisen el área, hagan goles y hagan jugar a sus compañeros.

¿Será tan difícil comprender que en el fútbol tan parejo y mediocre de nuestra tierra los equipos que arriban más al tope son aquellos que poseen jugadores desequilibrantes?  Poné al arquero que te guste, los defensores que apetezcas, los volantes más fuertes y los delanteros que te impresionen pero por favor algunos que tiren una pared y se saquen un rival de encima. De lo contrario es muy difícil y terminás en la medianía y en la nada misma.

Cómo te extrañamos Montillo, ‘Cachete’, Botta, Pérez García, Wilchez, Morel… Aunque más no fuera en el ascenso, ¿no hay dos o tres que sean algo así como los nombrados?

¡Qué falta que nos hacen!

 

(*) La foto de abajo es de autor de esta nota: Glenn Miller