Son 150 mil hectáreas de exóticas formaciones, bellezas naturales, restos arqueológicos y yacimientos paleontológicos.

Así como en la Provincia de San Juan hay un valle llamado ‘De la Luna’, si usted visita el Parque Nacional Las Quijadas, en San Luis, a lo largo de su trayecto si el guía le dice que está en Marte lo más probable es que usted lo crea.

Los muros estratificados en varios tonos rojizos, farallones, acantilados, cornisas y terrazas dibujan el perfil de este apasionante panorama sanluiseño que encuentra su manifestación más perfecta en el cautivante Potrero de la Aguada.

Las intrigantes sierras protegidas por el Parque Nacional Las Quijadas, aparecen en el noroeste de la provincia de San Luis como resultado de la elevación de un conjunto de capas producido hace millones de años, y del posterior juego travieso de la erosión sobre la montaña producto del plegamiento. Esta acción complementaria fue sin dudas la afortunada causa del origen de los valles y quebradas que hoy exhiben altaneros sus distintos cortes sedimentarios conformando un paisaje único.

Son 150 mil hectáreas de exóticas formaciones, bellezas naturales, restos arqueológicos y yacimientos paleontológicos.

Sierra de Las Quijadas actúa como un centro de atracción irresistible para los amantes de la naturaleza, la historia y la vida.

Su ubicación

 

Sierra de Las Quijadas está ubicada en el cuadrante noroeste de la provincia de San Luis, exactamente a 116 kilómetros de la ciudad capital, abarcando parte de los Departamentos de Belgrano y Ayacucho. Incluye el área comprendida entre los 32° 20′ y 32° 47′ de latitud sur y los 67° 10′ y 66° 58′ de longitud oeste.
Hasta el momento, el principal acceso a la zona se realiza a través de la localidad de Hualtarán, donde está ubicada la oficina de censo y control de la Administración de Parques Nacionales (en adelante APN). Además de un reducido caserío y una escuela rural. Hualtarán se ubica a la vera sur del camino de la Ruta Nacional 147, que bordea la sierra por el este y norte.

El acceso al parque no está en el lugar adecuado y carece de buena señalización, por lo que si viaja a Quijadas desde la ciudad de San Luis es probable que no lo reconozca, solamente habrá un par de carteles indicadores y el acceso será inminente. Si lo hace desde la localidad de Merlo, entonces debe cruzar el norte de la provincia de San Luis por la ruta 20 y a la altura de la localidad de la Chañarienta empalmar hacia el sur con la ruta nacional 147.

 

Infraestructura y servicios

 

El parque cuenta con escasos servicios y los que posee no funcionan todo el año. Existe una suerte de círculo vicioso que frena el desarrollo integral de la zona generado a partir de la escasez de dinero que es asignado a las áreas naturales. Tal situación no ha permitido la instalación de infraestructura básica y esto último constituye el principal obstáculo para el cobro de entrada al parque, tal es así que “NO se cobra acceso” y tampoco se generan los recursos genuinos que permitan el incremento del ingreso de dinero al Tesoro de la Nación, que regresa distribuido como parte integrante del presupuesto asignado a la APN.

No obstante el lugar permite ser visitado y por el momento se aconseja hacer visitas diarias, o en caso de acampar, se sugiere ir provisto de lo mínimo necesario. En la zona de Hualtarán es donde se concentra la principal infraestructura, la cual consta de varias casas y una escuela rural.

En Hualtarán se realiza el censo de ingreso, básicamente se está controlando el número de visitantes, su procedencia y el tipo de vehículo en que lo hacen, y también se brinda la información necesaria para la visita y se ofrece servicio de guía para hacer caminatas de diferentes extensiones.

La zona carece de electricidad, agua corriente y teléfono; los teléfonos celulares tampoco captan señal debido a la ausencia de una antena en la zona. En la casa del Guardaparque hay una radio para comunicaciones de emergencia, y recientemente se ha instalado un teléfono público satelital (funciona con monedas) en la zona de La Chañarienta, a 10 km al norte de Hualtarán.

La zona de acampe está circunscripta por el momento a un sector específico dentro del parque, exactamente donde funciona una proveeduría, allí se puede conseguir insumos básicos de comida, bebida…

La proveeduría no siempre está abierta, por lo que se aconseja una vez ingresado al parque consultar sobre este tema. En caso de querer acampar se puede aprovisionar con insumos básicos en San Luis o en San Antonio (20 km al sur de Quijadas). No hay estaciones de servicio en el área ni próximo a esta, por lo que es aconsejable salir desde cualquier ciudad con el tanque de combustible lleno como para transitar unos 300 kilómetros. En caso de suma urgencia puede conseguir combustible en San Antonio.

El servicio de guías del parque funciona por lo general con guías locales estables, si visita Quijadas en vacaciones o algún fin de semana largo no tendrá problemas en contratar este servicio, si es lo suficientemente tranquilo como  para esperar, pero si lo hace en épocas fuera de vacaciones existe la posibilidad de no conseguir guía.
Las excursiones posibles son: “Miradores”, con una duración de entre 45 y 60 minutos; “Circuito Huellas de los Dinosaurios”, con una duración de dos horas y “Farallones”, que dura unas cinco horas.

Considerar que sólo se realizan caminando, los tiempos mencionados son aproximados puesto que varían de acuerdo a la capacidad física del visitante. Existen una serie de excursiones guiadas desde la ciudad de San Luis y Merlo que son relativamente frecuentes en épocas de vacaciones.

¡No existen excursiones internas en vehículos!

 

Formaciones

 

El relleno de materiales sedimentarios en la cuenca de Quijadas pudo haber durado aproximadamente unos 20 millones de años; y sobre la base de la información que se dispone en la actualidad podemos estimar que su relleno tuvo lugar aproximadamente entre los 120 y 100 millones de años atrás, es decir durante el período Cretácico de la era Mesozoica.

Durante ese tiempo en la cuenca de Quijadas se acumularon más de 1500 metros de sedimentos, apilados verticalmente, algunos de ellos con un importante contenido en restos fósiles.

Las características de cada capa, por ejemplo su composición (gravas, arenas, fangos), su color… permitieron realizar una división y su posterior caracterización individual, y a su vez facilitó la representación espacial de las mismas mediante mapas.

Flora

 

Sierra de Las Quijadas forma parte de una zona de transición o ecotono biogeográfico. Allí convive una curiosa asociación de flora y fauna perteneciente a las provincias de El Chaco semiárido y El Monte.
El Chaco semiárido se caracteriza por una vegetación con predominio de bosques xerófilos caducifolios, es decir especies vegetales adaptadas a vivir bajo condiciones de escasez de agua y que pierden las hojas en determinadas épocas del año; con un estrato herbáceo de gramíneas o pastos y numerosos tipos de cactus y bromeliáceas, estas últimas corresponden a tipos de plantas de hojas alargadas con disposición arrosetada, epífitas (aéreas) o terrestres como el Chaguar y el Clavel del aire.

El Monte, por su lado, se caracteriza por una vegetación de matorrales, a veces muy abierto con predominio de zigofiláceas como la jarilla y el retamo. Se trata de una unidad biogeográfica exclusiva de la Argentina, que ocupa una extensa región desde el sur de Salta, y por el oeste árido, hasta el noreste de la Patagonia. Si bien es de características ecológicas homogéneas, la mitad norte, desde el norte mendocino y puntano puede constituir un distrito particular con mayor presencia de cactáceas y zigofiláceas. Los bosques están circunscriptos a los puntos con condiciones locales favorables, como es el caso de los algarrobales mezclados con quebrachales empobrecidos.

 

Fauna

 

La fauna de Sierra de las Quijadas es muy variada y al igual que la flora se conforma por elementos de transición entre las provincias biogeográficas de El Monte y El Chaco semiárido.
El grupo de especies reconocidas queda conformado por anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
Dentro del grupo de los anfibios se pueden señalar ranas ceratofrinas, algunas formas cavícolas y varias especies locales.
Del grupo de los reptiles propios del Monte, se reconocieron el matuasto, distintos tipos de lagartijas, el geko, algunas víboras y culebras; mientras que en El Chaco semiárido sería esperable encontrar diversos tipos de lagartijas.

Otros reptiles comunes a ambas faunas son la tortuga de tierra argentina, el matuasto, la boa de las vizcacheras y la falsa coral. Cabe destacar que la tortuga de tierra argentina se encuentra incluida en el libro rojo de las especies en peligro de extinción a nivel internacional. Otra de las especies en condiciones críticas es la boa de las vizcacheras o ampalagua considerada en peligro en el ámbito nacional debido a la gran presión ejercida por la caza para la obtención de su cuero.

Respecto al grupo de las aves, se ha observado la presencia de distintas especies entre las que se destacan: el loro barranquero, el pepitero de collar, la monterita canela, el hornero común, la chuña chica, el caserote castaño, el verdón, la monterita de collar y el pepitero chico.
Quijadas constituye una zona importante en la conservación de las poblaciones de aves ya que representa un buen lugar de alimentación, reproducción y refugio. Existen varios tipos de aves rapaces, entre ellas, el águila coronada y el águila mora. Es importante mencionar además la presencia de otras especies como: el halcón peregrino, que está considerado como vulnerable en el orden internacional y nacional. El ñandú, el cardenal amarillo y el cóndor, a su vez, figuran en el listado de especies cuya comercialización está prohibida o regulada a escala nacional y/o internacional.

El pato gargantilla, el pato maicero, el yal plomizo, el comesebo andino, la dormilona canela, la dormilona chica, el taguató común, el gaucho chico, el jilguero oliváceo, el piojito vientre blanco y el vencejo serrano son especies con pocas o ninguna cita para la Provincia de San Luis y se encuentran presentes en Quijadas. Recientemente se ha citado por primera vez para la provincia de San Luis a la monjita salinera, una especie endémica de Argentina.

Respecto a los mamíferos, se reconocen especies como el quirquincho chico, conejo del palo y la laucha colilarga baya. Además, se pueden distinguir ambientes que poseen mamíferos asociados, tal es el caso de las zonas de médanos con el pichi ciego pampeano y el tuco-tuco mendocino, ambientes de terrenos salados y salinas con el gato montes, el cuis chico y el conejo del palo y el ambiente del monte con los pericotes y el quirquincho chico. En Quijadas y zonas vecinas se encontrarían unas 65 especies de mamíferos de las cuales 18 pudieron ser confirmadas.

De la totalidad, el área alberga tres especies que figuran en listados nacionales o internacionales de mamíferos en peligro de extinción, ellas son el pichi ciego pampeano, el gato moro y la rata vizcacha colorada.

Otras poseen poblaciones muy presionadas o disminuidas a nivel nacional o provincial como las del gato del pajonal, el gato montés, el puma, el zorro colorado, el zorro pampa, el zorro gris chico, el guanaco, la corzuela, el pecarí del collar, el zorrino chico, el zorrino común y la mara, figurando todas (menos la mara) en listados de especies cuya comercialización está prohibida o regulada a nivel nacional y/o internacional.

 

Clima

 

El clima del área es árido serrano típicamente continental. Corresponde a una de las zonas de mayor aridez dentro del territorio provincial y se caracteriza por una acentuada amplitud térmica, tanto estacional como diaria. La estación meteorológica más cercana hasta 1996 estaba en la Ciudad de San Luis, donde personal de la APN (Administración de Parques Nacionales) recopiló la siguiente información meteorológica correspondiente al periodo 1961 y 1970: el promedio anual de temperaturas máximas es de 24,4° C y el de mínima 10,7° C, siendo la amplitud térmica media de 13,7° C. La temperatura media mensual máxima es de 31° C para el mes de julio. La temperatura absoluta máxima registrada fue de 41,4° y la mínima de 10,5° bajo cero.

El valor promedio de la humedad relativa porcentual oscila entre 48% y 64% correspondiendo a los meses de agosto-septiembre y abril-mayo-junio, respectivamente. Los vientos predominantes vienen del sector sudoeste y llegan secos a la zona debido a la pérdida de humedad a su paso por la Cordillera de Los Andes.

Los vientos húmedos del nordeste ingresan al área luego de atravesar las Sierras de Córdoba y San Luis, aportando muy poca humedad. Los que provienen del este, llegan secos y con escasa frecuencia. La velocidad media anual de los vientos es de 12 km./h. habiéndose registrado una velocidad máxima de 47 km./h.

Ocasionalmente se producen corrientes de aire ascendentes que levantan grandes masas de polvo. Las precipitaciones no sólo son escasas, sino que están irregularmente distribuidas. Existen dos estaciones: la seca durante el invierno y la húmeda desde fines de primavera a principios de otoño.
Los cambios climáticos globales debidos al recalentamiento de la masa oceánica del Pacífico que derivaron en lo que conocemos como ‘Corriente del niño’ y sus derivados, han cambiado susceptiblemente el clima de la región transformándolo en más lluvioso y húmedo.

A partir de 1996 la APN se hizo cargo del manejo de Quijadas, y en 1999 se instalaron dos pluviómetros, en Hualtarán y en la zona de acampe.

Si piensa visitar Quijadas, considere que entre octubre y abril suele ser caluroso, y algunos días no permiten realizar caminatas a la siesta debido al excesivo calor, por lo que una organización adecuada de la visita implica considerar el tipo de visita que quiere realizar, el tiempo necesario para ella y el horario que convenga de acuerdo al tipo de clima imperante en la época. Si la visita es en invierno, recuerde que suele helar por las noches y durante el día el sol calienta y permite pasear cómodamente.

 

Algo de su historia: Nacimiento como Parque Nacional

 

La primera idea conservacionista de la zona es atribuida a Don Román Guiñazú (naturalista puntano), quien en la década del 30 del siglo pasado investigó los recursos naturales de la zona y presentó un escrito que tituló “Proyecto de la creación de un monumental parque en la región de la Sierra de las Quijadas en el Noroeste de la Provincia de San Luis. Sus fundamentos”.

Román Guiñazú falleció en marzo de 1990 sin ver cristalizada su idea. Durante 1979, una comisión de trabajo de la APN (Administración de Parques Nacionales) integrada por la Lic. Patricia Marconi, el Ing. Juan Lisi y el Lic. Pablo Canevari realizó un viaje de trabajo a la Provincia de San Luis con el fin de hacer un relevamiento de la zona de Comechingones, lugar que por entonces constituía el principal punto de interés para la creación de un Parque Nacional en San Luis.

Durante este viaje visitaron Sierra de las Quijadas y a su regreso confeccionaron un informe al que titularon ‘Proyecto de Parque Nacional de Sierra de las Quijadas’, que se transformaría en el primer antecedente técnico sobre el tema.

La conservación de la diversidad ambiental de la zona, su utilización como refugio de especies amenazadas, su representatividad como unidad biogeográfica, la protección de yacimientos paleontológicos y arqueológicos y la posibilidad de desarrollo de híbridos naturales, fueron los temas más relevantes desde el punto de vista técnico que justificaban la concreción de este proyecto.

El proyecto fue enviado al Gobierno de la Provincia de San Luis en 1980, posteriormente se formó un expediente que con el tiempo, y sobre la base de la información acumulada, sería de gran importancia.

Luego se inician una serie de gestiones entre las partes para su concreción, basados en que la zona no ofrecía inconvenientes legales, pero finalmente fueron estas mismas razones la que provocaron el fracaso de la gestión. En 1989 se reanudan las gestiones entre la APN y el Gobierno Provincial a cargo del Dr. Adolfo Rodríguez Saa.

Se llega así a la firma de un convenio mediante el cual la Provincia se comprometía a ceder el dominio y jurisdicción de 150.000 hectáreas de tierra a la Nación, quien tendría a cargo el pago de las expropiaciones de los campos y tomaría posesión y manejo de la zona.

Este Convenio fue ratificado en septiembre de 1989 por la Legislatura de San Luis por Ley 4844/89 y luego por decreto 2986/89. Al año siguiente los Senadores Nacionales por San Luis, Alberto Rodríguez Saa y Oraldo Britos presentan un proyecto de ley ratificándolo y proponiendo ante el Senado de la Nación la creación del Parque Nacional, esta propuesta fue aprobada por unanimidad. A partir de ese momento se inician las acciones señaladas y la APN encarga a los Lic. Eduardo Haen y Guillermo Gil la publicación de la información acumulada a la fecha sobre Quijadas, hecho que se produce en octubre de 1991.

Varios puntos quedaban por resolver, entre ellos avanzar en el estudio de las propiedades catastrales de los terrenos para luego pasar a la fase de expropiación. El Gobierno Provincial convencido de que esto era de concreción inminente, comenzó a dar difusión a Quijadas con fines turísticos, llegándose a filmar allí parte de la conocida película: “Un Lugar en el Mundo”. Lo cierto es que los estudios relacionados al “estado legal” de las tierras a expropiar fueron más complicados de lo que inicialmente parecía. Cada campo presentaba una situación particular, sumado a esto la crisis económica alcanzo a la APN y tanto la toma en posesión de la zona como las expropiaciones se postergaron hasta 1996. Varios hechos lamentables sucedieron en Quijadas durante 1991 y 1996, a pesar de las medidas de control que había implementado el Gobierno de San Luis durante esos años.
Los medios de prensa locales registraron y difundieron la mayoría de los acontecimientos. En 1996 llega el primer Guardaparque y se aloja en la sede policial (hoy oficina de la APN) en la zona de Hualtarán. Le toca a Raúl Angerami, la tarea de comenzar a organizar el área. Se realizan las primeras expropiaciones, las primeras obras de mantenimiento, servicios, señalización, control y registro de visitantes, etc… Un año después cambió la autoridad del Parque y el manejo de Quijadas quedó bajo la dirección del Guardaparque Hugo Rossi quien se mantiene en la actualidad, conjuntamente con el Guardaparque Gustavo Soria.
Esta introducción intenta crear el contexto político, económico y legal que rodea a la creación del parque. Finalmente y respecto a lo estrictamente legal cabe agregar lo que cita el actual régimen legal de los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Naturales, detallado en la Ley Nº 22351 de 1980: “Serán Parques Nacionales las áreas a conservar en su estado natural que sean representativas de una región fitozoogeográfica y que tengan gran atractivo en bellezas escénica o interés científico, las que serán mantenidas sin otras alteraciones que las necesarias para asegurar su control, la atención del visitante y aquellas que correspondan a medidas de Defensa Nacional adoptadas para satisfacer necesidades de Seguridad Nacional”.
El Parque Nacional de Sierra de las Quijadas, al igual que los Parques Provinciales de Ischigualasto o Valle de La Luna (en San Juan), El Cañón del Río Atuel (Mendoza), La Payunia y Llancanello (también en Mendoza) y los Parques Nacionales de Lihué Calel (La Pampa) y Talampaya (La Rioja), constituyen proyectos relevantes a nivel nacional, en lo que respecta a la conservación de los ecosistemas desérticos de Sudamérica. La preservación de éstas y otras reservas naturales de nuestro planeta no es sólo función de la autoridad de turno, sino más bien una obligación de la sociedad en su conjunto.

 

(*)  Fuente:   www.lasquijadas.com

www.sanluisturismo.com.ar

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Editor:  Claudio Omar Antunovich

 

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