Acerca del discurso presidencial en la Asamblea Legislativa

Por: Claudio Omar Antunovich

En la reciente apertura de las Sesiones Ordinarias en el Congreso de la Nación, el presidente Javier Milei dio su discurso inaugural en un recinto plagado de ausencias. Más de la mitad de los diputados y senadores no participaron. En concreto, no estuvieron presentes los bloques de Senadores (34) y Diputados (98) de Unión por la Patria. También faltaron los 5 diputados de la Izquierda y 10 de los 12 integrantes de Democracia para Siempre. Y a su vez, los 16 representantes del bloque Encuentro Federal, liderado por Miguel Pichetto. También hubo ‘faltazo’ de la mayoría de los gobernadores, quienes le dieron la espalda al Presidente.

Llama la atención esta conducta. Cada año, en esta ocasión, el titular del Poder Ejecutivo Nacional hace un balance de su gestión y traza el rumbo futuro, el norte a seguir. Por eso, es importante la participación de todos.  Es parte de la democracia que las partes estén en el lugar de los hechos y ‘saber de qué se trata’.

En un escueto resumen, el primer mandatario nacional comenzó brindando detalles de sus acciones y logros de gobierno. En el plano económico señaló que el crecimiento de la pobreza en los últimos 50 años fue producto de “la casta política” y justificó que en su gestión “10 millones de personas salieron de la línea de la pobreza por lo que ajustar a la política no solo no es recesivo, es expansivo y elimina la pobreza porque la reconstrucción argentina debe hacerse con todos adentro en serio y no dicho solo en discursos”.

Ante todo, comenzó diciendo: “Hoy estamos aquí reunidos, como establece la Constitución nacional en su artículo 99, para dar cuenta del estado de la Nación y así dar inicio a un nuevo periodo legislativo. Debo decir que miro hacia atrás, a lo que fue nuestro primer discurso del estado de la Nación, indudablemente podemos afirmar que hoy el país es radicalmente distinto a lo que era hace tan solo un año. Pero antes de hacer un balance acerca de lo que ha sido este primer año de gestión de la nueva administración, quiero hacer una breve reflexión.

Probablemente, la sociedad argentina sea una de las más familiarizadas con la frustración política de la historia moderna. Para sintetizar esta idea en un número palpable, somos un país en donde la pobreza se multiplicó por 10 entre 1974 y finales de 2023. Para tener una idea, desde la década del ‘70 hasta acá el mundo bajó la pobreza del 50% al 10%; y nosotros del 5 la llevamos al 50, una verdadera aberración fruto de la casta política”.

Javier Milei anunció que gracias a la solvencia del su programa económico y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, “este nuevo acuerdo lo que busca es restaurar el activo del Banco Central y su patrimonio para que, de este modo, la inflación sea un recuerdo del pasado”.

En referencia a cuestiones de seguridad, recordó a Kim Gómez, la niña asesinada días atrás por menores de edad en La Plata, y afirmó que “tienen el compromiso de este Presidente para luchar contra el flagelo de la inseguridad”. Por tal motivo, “necesitamos aprobar la ley de baja de imputabilidad y agravar todas las penas del Código Penal”, sostuvo, y agregó que “estamos trabajando en una ley sobre seguridad nacional”.

Asimismo, resaltó la aprobación de la leyes de Reiterancia y Reincidencia y que “junto a la Ley Antimafia fortalecen un principio universal que durante tanto tiempo estuvo olvidado en nuestras tierras y es que: el que las hace las paga”.

No hubo comentario alguno acerca de un tema sensible que lo tuvo como protagonista en estos días como el confuso episodio con la criptomoneda Libra, donde hubo muchos perjudicados tras su desplome, en tanto otras partes intervinientes se alzaron con una ganancia cercana a los 100 millones de dólares.

En tiempos de ajustes tarifarios y de bolsillos sensibles, tampoco hizo una reseña sobre los desmedidos y constantes aumentos de sueldo de los senadores nacionales, quienes hoy por hoy perciben una cifra cercana de $ 8.000.000. Y no hubo alusión a las jubilaciones de privilegio que siguen cobrando muchos ex funcionarios. ¿Por qué no ganar mensualmente lo que corresponda a sus aportes si se cumple la condición de 30 años trabajados, como cualquier hijo de vecino?

Párrafo aparte fue lo ocurrido con el diputado radical Facundo Manes, quien ofuscado por algunos conceptos esgrimidos por el presidente de la nación se mostró en contra levantando la Constitución Nacional. Tras cartón, al término del discurso, Manes fue increpado verbalmente por el asesor de Milei Santiago Caputo y posteriormente recibió dos golpes por su acompañante.

Las palabras de Milei quedaron en un segundo plano, la agresión a Manes fue ganando protagonismo en los medios y aún hoy éste luctuoso episodio es eje de varios dimes y diretes.

Estamos en democracia, desde esta columna llamamos a la reflexión a la clase dirigente para que no volvamos a tiempos donde la intolerancia era moneda corriente. Debe haber respeto entre los pares. ¿Si no lo hacen entre ustedes qué esperan de la ciudadanía?

¡Pensar distinto enriquece el sistema y, además, es parte de ese sistema!