Recuerdos – Homenaje.  Antonio Merayo: “El Poeta de la luz”

Antonio Merayo residía en la localidad de Martínez (falleció hace unos años) y fue uno de los más reconocidos iluminadores y directores de fotografía de las principales películas del cine nacional. Conoció y fue amigo de figuras como Carlos Gardel, Luis Cesar Amadori, Enrique y Mercedes Carreras, ‘Tita’ Merello, Mirta Legrand…  Aquí, reproducimos la nota que le hicimos en el ejemplar impreso de Para Todos.

(Por: Claudio Omar Antunovich)

Antonio Merayo nació el 19 de agosto de 1909. Vecino de Martínez y casado con María Rosa Dasso, Antonio Merayo es todo un pionero del cine argentino.

Como iluminador y Director de Fotografía, trabajo 64 años en la industria del cine.  Hizo cerca de 250 películas. Y cuenta en su haber con una serie de premios muy difíciles de igualar.

Enumerar todos (algo más de 30) sería cuestión de otra nota, pero podemos destacar los principales: un premio (año 1942) por ‘Malambo’, otorgado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas; otro (1948)  por ‘Pasaporte al Río’, otorgado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos; otro (1961)  por ‘El  Rufián’, otorgado por el Instituto Nacional de Cinematografía; el premio ‘Terza’ (1966) por ‘Mi Primera Novia’; y el del año 1989, premio otorgado por la Secretaría de Cultura de la Nación en su homenaje en el  ‘Día del Cine Nacional’…

Conoció a todas las grandes figuras del cine y teatro de las cuales se considera un gran amigo, desde Carlos Gardel hasta Andrea del Boca.  Mirtha Legrand lo llamó alguna vez: “El poeta de la luz”. 

Hace unos años, la Comisión de recuperación de los Estudios Lumiton, preparó toda la historia de este grande del cine argentino que, dueño de una amabilidad incomparable, curiosamente, en el aniversario número 61 del estreno de la primera película sonora llamada: ‘Tango’, en la cual Antonio Merayo debutaba como Iluminador y Director de Fotografía.

 

– ¿Qué nos puede decir de Tango?  (le preguntamos aquella vez, cuando lo visitamos en su casa de Martínez).

–  Fue la primera película que se hizo hablada. En ella participaban: Libertad Lamarque, Luís Sandrini, Alberto Gómez, Tita Merello, Pepe Arias… Se hizo con un esfuerzo mancomunado de Angel Mentaste y Luís Mogliabarth, ya que en aquel entonces había muy pocos recursos financieros.

 

– Vayamos a su historia: ¿Cómo fueron sus comienzos?

–  Empecé en el cine en el año 1922.  Entré como cadete en la cinematografía Valle y en poco tiempo me fui interiorizando de lo que era una máquina de filmar, un laboratorio fotográfico, la máquina impresora de positivo…

Un buen día, necesitaban una cámara más para cubrir la llegada de Alvear, que iba a tomar el mando como Presidente, y me la ofrecieron a mí.  Entonces, tomé una cámara chica que dominaba muy bien e hice la nota fabulosamente.

Luego, filme un montón de notas de actualidad como: la llegada del Príncipe de Humberto, del Príncipe de Gales, del gran Zeppelín, de Vitto Dumas, el Plus Ultra, la Revolución de Uriburu, y muchas otras.

Así me fui perfeccionando hasta que me di cuenta que no había secretos para mí. Recorrí tres veces el mundo, del cual tengo grandes recuerdos del Japón y Australia, y tuve la oportunidad de codearme con lo mejor del arte y la cultura.  Eso me sirvió de mucho.

Trabajé veinte años en la cinematografía Valle y cuarenta años en la Sono Film.

 

– ¿Tenía predilección por alguna toma en especial?      

– Mi especialidad fueron siempre las caras. A mí me salían diez puntos, incluso mejor de lo que eran.

 

– 64 años inmerso en el mundo del cine le dieron la oportunidad de conocer y entablar amistad con las más grandes figuras del espectáculo. ¿Cuénteme algo de todo eso?

– En realidad, debería hablarte de muchos porque a todos los considero mis amigos.  Pero bueno, por ejemplo con Carlos Gardel hicimos los primeros cortos en el año treinta (en total fueron diez) y de él fui gran amigo.

Con Tita Merello tuvimos una gran amistad, fíjate que hace 61 años que nos conocemos, o sea toda una vida.

Zully Moreno ha sido siempre una gran actriz, ella siempre decía que si no era yo quien iluminaba las películas no las hacía.

Con Luís César Amadori pasé los mejores momentos de mi vida.  Enrique y Mercedes Carreras son los mejores amigos que he tenido y los considero parte de mí familia, hemos hecho alrededor de 70 películas juntos.

Mirtha Legrand ha sido siempre una figura extraordinaria, hicimos una película con Arturo de Córdoba, ‘Pasaporte a Río’, que es una belleza; y otras como ‘La Patota’, todas con grandes premios. Ella ha sido una mujer exquisita y muy buena, por eso tiene el éxito que se merece. Y Daniel Tinayre es un gran director, que domina un 100 % la técnica.

Recuerdo la primer película con Andrea del Boca, se llamaba ‘Era una vez un circo’, ella (muy pequeñita por entonces) nunca se equivocaba en su papel. En cambio los grandes sí se equivocaban.

Con Palito Ortega, con quien hicimos diecisiete películas, tengo una linda anécdota: cuando hicimos ‘Mi Primera Novia’, junto a Evangelina Salazar, le dije “mira que linda chica, ideal para casarse…”, y no lo pensó dos veces.

 

– ¿Cómo ve al cine actual?

–  En este momento el asunto está un poco vidrioso. No hay créditos para trabajar, algo que es fundamental. Fíjate que antes se hacían ochenta películas al año y ahora con suerte diez.

 

– ¿Cuándo se retiró de la actividad, y qué fue de su vida después?

– Me retiré en 1985. De allí en más colaboré con un gran amigo en todos sus trabajos, el actor y director de cine y teatro Giancarlo Arena.

 

– Y hablando de la zona norte, ¿Cuánto hace que vive aquí?

– Desde el año 1945.  Si me tendría que ir de aquí sería muy angustiante, no podría vivir en otro lado.

 

Antonio Merayo falleció un 27 de abril de 1999.