El
Sol
(poema)
El
Sol es padre alimentador,
enemigo
de lo enfermizo,
en
la campiña hace
que
broten versos y rosas.
Hace
que las penas
por
el cielo se evaporen,
y
a mentes y colmenas
las
llena de miel.
Rejuvenece
a quienes usan muletas
y
les vuelve alegres y dulces
cual
jovenzuelas.
¡Y
ordena a las mieses!
que
crezcan y maduren
en
el corazón inmortal
que
ansía reverdecer.
El
Sol ennoblece
el
destino de las cosas.
Cuando
como poeta
desciende
a las ciudades,
y
sin pregones y sin sequito,
como
un rey penetra
en
todos los hospitales.
En
todos los palacios.
Charles
Baudelaire
Una
canción debe ser
Una
canción tiene que reflejar
para
mí, una forma de ser,
una
opinión, algún saber,
una
manera de hacerse entender.
Tiene
que ir adecuada al sentir
personal,
tiene
que ir más allá.
Una
canción es para mí
una
razón para seguir,
es
mi mejor medio de conversar,
una
experiencia inigual.
Y
es la emoción y es un gran
corazón
que
abre sus puertas de par en par,
y
es renacer hoy mucho más que
ayer,
y
mañana intentarlo otra vez.
Y
es un adiós, y es volverse a
encontrar,
y
es aquella mirada de fe,
y
es el motor, la palabra de amor
que
desde siempre necesité.
Es
un hogar, el refugio ideal,
el
abrigo de un día otoñal,
y
es un gorrión, una tarde de
sol,
un
pensamiento, el delirio total.
Y
es la ilusión, y después el
dolor
de
saber que no vas a volver,
y
es esta luz que puedo ver,
y
es el color del amanecer,
y
es una lágrima que se escapó,
traviesa,
de mi pudor.
Y
es una mano tendida al azar,
y
es el abrazo más fraternal,
La
palmada en el hombro vital.
Y
es un adiós, y es volverse a
encontrar,
y
es aquella mirada de fe,
y
es el motor, la palabra de amor
que
desde siempre necesité.
Fernando
Martorell
Si
tienes una madre todavía
Si
tienes una madre todavía
da
gracias al señor que te ama
tanto,
que
no todo mortal contar podría
dicha
tan grande ni placer tan santo.
Si
tienes una madre… sé tan
bueno
que
ha de cuidar tu amor su paz
sabrosa,
pues
la que un día te llevo en su
seno
siguió
sufriendo y se creyó dichosa.
Veló
de noche y trabajó de día.
Leves
las horas en su afán pesaban
un
cantar de sus labios te dormía
y
al despertar tus labios te
besaban.
Enfermo
y triste te salvó su anhelo
que
sólo el llanto por su bien
querido
milagros
supo arrebatar el cielo
cuando
ya el mundo te creyó perdido.
Ella
puso en tu boca la dulzura
de
la oración primera balbucida
y
plegando tus manos con ternura
te
enseñaba la ciencia de la vida.
Si
acaso sigues por la senda
aquella
que
va segura a tu feliz destino,
herencia
santa de la madre es ella
tu
madre sola te enseño el camino.
Más
si al descanso bajó… y en tus
amores
ya
no lo harás feliz sobre a
tierra,
deposita
el recuerdo de tus flores
sobre
la fría losa que a encierra.
Es
tan santa la tumba de tu madre
que
no hay al corazón lugar más
santo
cuando
espina cruel tu alma taladre
ve
a derramar allí tu triste
llanto.
E.
Neuman
Naturaleza
de Dios
¡Qué
belleza incomparable!
cuando
despierta de su sueño el sol.
Y
abre las puertas del día
y
el horizonte le dice adiós.
Cuando
el mar susurra su canto,
cuando
se besa con pasión.
Cuando
un niño viene al mundo
porque
la vida lo llamó.
Cuando
un durazno cercano
muestra
sus frutos sin pudor.
Cuando
el rosal encantado
los
jardines disfrazó.
Cuando
un pájaro volando,
con
aleteos de amor
sigue
en busca de su nido
que
tal vez no lo encontró.
Cuando
llega ya la noche
y
su manto nos cubrió.
Cuando
la luna aparece en silencio
y
el cielo de estrellas vistió.
¡Qué
belleza incomparable!
naturaleza
de Dios.
Te
hablo a ti mujer de mi alma
que
no te cansas de dar amor.
Nunca
dejes de amar lo bello,
nunca
de vos quiero un dolor.
Sigamos
juntos, que al fin de todo,
tanta
belleza, también murió.
Marcos
Alfredo Calderón
Mis
Manos
(reflexiones)
Mis
manos tienen su lenguaje
que
traen el bagaje de la emoción.
De
un mundo recóndito de armonías
que
al posarlas en el teclado del
piano,
vibran
y sienten, entrelazando sus
sonidos…
Van
hilvanando, y comunicando a mi
alma
ese
mensaje tan soñado.
Con
ellas, el coloquio cotidiano,
ensalzan
mi alegría de vivir,
respondiendo
a un acto interior;
de
un mundo que eleva los
sentimientos a esferas paradisíacas…
Por
este don maravilloso,
que
es una dádiva de tu amor y
bondad infinita,
que
me has dado,
de
poder expresar con mis manos,
el
lenguaje musical.
¡Gracias
dios por tu mensaje de amor!
Obra
del milagro.
Gioconda
Inserra Vallés (pianista)
Poemas,
de Gustavo Zappa
1)
A
todas esas historias que no
fueron
llegó
el momento de decirles nunca,
tanto
escombro de amor sin sol ni
lluvia
habrá
que abandonar sin más
preguntas.
A
todos esos sueños que venían
a
batallar en mis ojos lo
imposible,
de
una vez daré paz en lo
invisible
del
patio amado por el adolescente.
Entonces,
archivados los papeles
y
los vaivenes de esa infelicidad.
Sin
las ropas que tenían sus voces
de
hospicio, de altura que no
acaba,
Habrá
que salir como el de Asis
y
engendrar ya lo que los otros
niegan.
2)
Al
final del pasillo
se
queda ella
como
el beso.
Tres,
cuatro, cinco veces
nuestra.
Tan
conocida y chiquita
hermana
de tu sonrisa
La
luna.
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