Club A. Tigre: la historia de una pasión

Escribe: Glenn Miller

Cuando era muy niño, entrados los ’70, iba muy seguido a la casa de mi abuela en Carupá (Sobremonte 56) y solía pasar muchos días y hasta semanas.  Con mi tío, el hoy Doctor Norberto Primavera, jugábamos a la pelota en el fondo de la casa rodeada de un gallinero, un perro, un conejo y árboles frutales, entre ellos una higuera.

Y la casi rutina semanal se rompía cuando mi tío los sábados a la tarde me decía mientras hacía algunos trabajos en el jardín: ” … Tomá la radio chiquita así escuchamos a Tigre”.  Yo sin saber de qué se trataba me ponía a escuchar y mi tío por decirme algo me decía:  “…  Allí juega mi compañero de banco de la secundaria un tal Pedro Daniel Pellegata”.

Y así pasé unos dos años, escuchando con mi tío.  Luego de eso en mí , siempre chico, se hizo una rutina.  Yo salía en el coche a pasear con mis padres los sábados y desde ya llevaba la radio spica que me prestaba mi papá. Y a veces volvía a lo de mi abuela y no podía dejar de llevar el transitor aunque ya no estuviera mi tío porque empezó a ‘noviar ‘.  En el ’75 fui a una Colonia en Del Viso siempre pendiente de Tigre.  Por ese entonces me deleitaba con los relatos que hacían de un tal Raúl de la Cruz Chaparro.

Y el 13  de noviembre de 1976, siendo un pre adolescente decidí ir solo a la cancha por primera vez. Fue una experiencia única ¡como toda primera vez!  Tigre le ganó 1 a 0 a Villa Dálmine con gol de Juan Domingo Fierro faltando diez minutos.

Luego fui habitué  toda esa década cuando Tigre jugaba de local. Me enamoré de aquel equipo de 1978 con: Candia, Di Cicco, Silvera, Pellegata, Regueira, Carrizo, Ros y Chaparro, Río, Juárez y Gentileti.  Solo un gran Ferro Carril Oeste le sacó el Campeonato.   Y por Chaparro sentí una idolatría tal que aún lo seguí y grababa sus goles en otros equipos  ¡Fue lo más grande que vi en Victoria!

Luego llegó el ’79 y el ansiado ascenso a Primera A.  Con un equipo no tan lujoso pero granítico y rocoso. Era Pistone, Sánchez, Bravo, Pellegata, Giustozzi, Carrizo, Ros y Bello Meza, Aimeta, Pasini e Ianuzzi.

Tigre reventaba las canchas y había que ir una hora antes para conseguir entrada.  Aquel partido final con Almirante Brown con más de 30 mil personas en la cancha fue apoteótico.  Al final me trepé al alambrado y di la vuelta con los jugadores.  Al año siguiente, el penoso paso por la ‘A’ y de vuelta al ascenso.

En los ’80 continué con mi asistencia de local. Recordado ’83 con Rolando Chaparro (el hermano de Raúl), Walter Fiori y Edgardo Paruzzo.

Notable elenco del ’86 con la vuelta de Raúl Chaparro y yo gritando goles en la rambla marplatense con un compañero de oficina.

Arribó a posteriori esa década poco feliz también para Tigre.  Pulular sin rumbo por la segunda y la tercera categoría de nuestro fútbol.  Yo recibido ya de periodista no iba tan seguido a la cancha pero siempre tenía una radio y un lugar para escuchar con dificultad alguna FM que lo trasmitiera.

Y llegaron los 2000 que parecían una copia de años atrás y del siglo pasado.  Empero, pisó Victoria Ricardo Caruso Lombardi y logró levantar a ese gigante dormido.  Bicampeón de la B (ganándoles ambos campeonatos al mismísimo Club Atlético Platense, el clásico histórico de Tigre), después ascenso a Primera A desde el Nacional B y la época más fructífera de la historia de Tigre. Muchos subcampeonatos, jugar Copas Internacionales, buenos jugadores, reconocimiento de la prensa y el día soñado.

Claro está, el 2  de junio de 2019 (en Córdoba) Tigre consiguió su primera estrella.  De la mano de ‘Pipo’ Gorosito con: Marinelli, Pérez Acuña, Alcoba, Moiragui, Lucas Rodriguez, Menossi, Prediger, Morales, Montillo, González y Janson.  Y allí se alcanzó el cénit soñado.  Cobertura periodística y confección de videos inmortales a la vuelta con los festejos.

En síntesis esa es mi historia con Tigre. Desde aquella infancia con y por mi tío, que sigue viendo los partidos pero que nunca fue a la cancha del ‘Matador’. La vez que fui por primera vez al estadio.

Ya desde los ’70 escuchar el programa partidario de Ernesto Concini, que con los años pude ser su amigo, su colega y trabajar con él.  El primer ascenso y la rabia del rápido descenso.  Las enormes broncas juveniles que cuando Tigre perdía yo no salía a ningún lado.  El recibirme de periodista y acreditarme, conocer otros estadios, hacer notas…  Y poder conocer, hacerle notas y ser amigo de mi ídolo Raúl de la Cruz Chaparro.  Y poder conocer y hablar cada tanto con Caruso Lombardi.   Y haber conocido tantos buenos colegas partidarios como Ernesto Concini, Eduardo Mosteiro, Hugo Caporale, Jorge Jesús Pipi, Alejandro Cossavella, Gustavo Ase, Carlos Trivarelli, Nazareno Scialpini,  Juan Pacheco…

El hecho de planificar la vida, la semana y los horarios de acuerdo cuando juegue el ‘Matador’.  Faltar a eventos o fiestas por ver partidos.  Ir a Brasil, México o Cuba y salir de la playa para ver a Tigre. Poseer un equipo de papi de la oficina (ver foto de abajo) y yo adquirir varias casacas del ‘Matador’ para jugar con ellas.

Tigre fue la vida.  La que que pasó, la juvenil con más tristezas que alegrías y la de estos tiempos ya de veterano con la dulce calma y tranquilidad de saber que cada tanto se pelea arriba y en Primera A como corresponde.

Y la bendición de haber visto como todos los privilegiados hinchas del ‘Matador’ la coronación de aquel 2 de junio de 2019.  Hubo próceres de Tigre como Ernesto Concini que pese a haber difundido las cosas del ‘Matador’ durante tantas décadas eso no lo pude ver.  También hubo un gran amigo como Dario Pérez que vivió en Córdoba esa hazaña y al poco tiempo falleció.

Tigre me marcó desde mi remota infancia al lado de la higuera en Carupá hasta  que dé el último suspiro vaya a saber cuando y donde.   Mientras tanto se respira y se vive Tigre a pleno.

 

(*) Foto de arriba: Yo, junto a Raúl de la Cruz Chaparro, el máximo ídolo tigrense de los últimos 50 años.

 

(*) Fotos de abajo:  1) Cobertura periodística de Tigre en cancha de Rosario Central (la hinchada de Tigre ocupando dos bandejas completas).  2)  Paseando la casaca tigrense por el mundo.  3)  Equipo con la camiseta de Tigre que integré en los años ’90.