Una historia muy poco conocida
Escribe: Dr. Prof. Carlos Víctor Zalazar
Un 15 de junio pero de 1812, Manuel Belgrano separa del Ejercito del Norte a Miguel Martin de Güemes dándole traslado a Buenos, en virtud de no estar de acuerdo con su conducta privada. Está es una historia poco conocida ¡pero esa es la razón!
Es por ello que Güemes no participa de las Batallas de Tucuman y Salta ni tampoco en las de Vilcapugio y Ayohúma.
El “Pecado” del Heroe fue su relación amorosa con la esposa de un teniente del Ejército, que lo había abandonado y ya separada convivía con Güemes que era soltero todavía y tenía 27 años ese entonces. Enterado Belgrano, siempre por los dichos de terceros, que esta señora se había ido a vivir a Santiago del Estero junto a Martin Miguel, decide el traslado de Güemes a Buenos Aires.
El Oficio de Belgrano al gobierno decía: “Habiéndome informado el alcalde de la ciudad de Santiago don Germán Lugones de la escandalosa conducta del teniente coronel graduado, don Martín Güemes, con doña Juana Inguanzo, esposa de don Sebastián Mella, teniente de dragones en el ejército de mi mando, por vivir ambos en aquella ciudad aposentados en una sola mansión, y habiendo adquirido noticias que este oficial ha escandalizado públicamente mucho antes de ahora con esta mujer en la ciudad de Jujuy.
Con estos antecedentes indubitables, considerando que cualquier procedimiento judicial sobre la materia sería demasiado escandaloso y acaso ineficaz, he tomado la resolución de mandarle a Güemes… Espero que vuestra excelencia se dignara aprobar estas medidas en que sólo he tenido por objeto la conservación del orden y el respeto a la religión…”.
Juana Iguanazo era una mujer hermosa de facciones criolla-andaluz, pelo lacio y negro con ojos color verde, sumado esto a una gracia especial para hablar, reír y moverse.
Por demás esta decir que Güemes quedó prendado de ella y Juana aun mas de Guemes pues lo seguía por todas partes. Opuesto al marido engañado, Martin Miguel tenía una figura varonil; bien plantado, cautivaba con su elocuencia, valentía y gallardía.
Este amor prohibido terminó y quedó finalizado cuando Belgrano intervino y en camino a Buenos Aires, Miguel Martín Juan de Matta Güemes Montero Goyechea de la Corte, tal su nombre completo, pudo reflexionar su accionar, madurar y entender qué papel le tocaría en nuestra Historia.